Aunque el refranero popular se empecine en darnos la contra : “el Canal de Manzanares, pocos barcos saca a mares”, nosotros en nuestro cordial batalla al encuentro de los establecimientos donde la calidad y el precio se aúnan, hemos seleccionado un puñado de sitios donde degustar una de las especialidades gastronómicas más apreciadas: el marisco.
No pillará a nadie por sorpresa que tan aclamado manjar alcanza precios desorbitados para muchos de los bolsillos de los viajeros. Pues bien, este conjunto de invertebrados marinos comestibles, como los crustáceos, moluscos y equinodermos, también tienen su versión Low Cost. A destacar, a la marisquería Riberira do Miño en el número 1 de la calle Santa Brígida, 1, a pocos metros de Tribunal y aledaño al barrio de Malasaña. Cinco salones atendidos por rápidos y eficientísimos camareros que deambulan a velocidades supersónicas con bandejas repletas de marisco con: gambas, langostinos, cigalas, percebes, nécoras, centollos o bueyes de mar. Para regar el banquete marino se recomienda el vino Ribeiro que es barato, fresquito y entra fantástico.
En el barrio de Lavapiés, concretamente en el número 14 de la calle Valencia, está situado El Boquerón, añejo bar de barrio decorado con esa especial mixtura compuesta por motivos marinos, azulejos y barra de aluminio. Los camareros son reliquias de otro tiempo que te atienden con premura y diligencia. Aunque la especialidad de la casa son los boquerones en vinagre (“marisco” madrileño allá donde los halla) no os perdáis sus deliciosas gambas plancha, así como las nécoras y las ostras. Cerveza especialmente bien tirada para deleite de los aficionados a esta espumosa bebida.
No muy lejos, en el número 28 de calle Ave María está ubicada La Mina: bar de barrio al más puro y castizo estilo matritense, donde degustar unas deliciosas y saladas gambas a la plancha en platitos en los cuales se apelotonan cinco estupefactas gambas. Las cáscaras y las servilletas usadas descansan placenteras en el suelo del local y los camareros de palillo en ristre despachan a la parroquia atentamente. Existe otro bar marisquero del mismo nombre en el también castizo barrio de Chamberí, concretamente en el número 8 de la calle del General Álvarez de Castro. Buenas cañas y raciones individuales de gambas a la plancha para deleite de los madrileños y allegados que alcanzan su culmen los domingos por la mañana a la sacrosanta hora del aperitivo, o del vermú, como se dice por estos Lares.
Como dato dietético, solo decir que el marisco es bajo en grasas saturadas y rico en fibra, proteínas y antioxidantes. Y para acabar la jornada y si de pasar la noche se trata, os ofrecemos una selección de hoteles y hostales a precios muy económicos, porque, y siguiendo con el refranero marino: “camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”.
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